
Estos días en los que uno se despierta con las heridas infectadas,
con el mal sabor entre los párpados de no haber llorado lo suficiente antes de sentarse a partir otra vez maleza.
Estos días que no pasan también sangro, con las mentiras y las fábricas de palabras mal articuladas, con las carreteras que empiezan a oirse y aún no amanece, no sé que hago despierta dando tumbos de confusa entre las paredes de estas noches turbias que no tiene fondo ni reposo y por eso me invado completa, me abarco con mis cuatro brazos y mis insomnios todititos todos amarrados de un lazo celeste para no olvidar dar las buenas noches, aunque no queden excusas ni remedios...
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